Un viaje dentro de otro viaje.......

Este fin de semana he vuelto a sentir lo que significa viajar... descubrir lugares nuevos con sus gentes, compartir experiencias y emociones, buscar alojamiento, transporte.... vamos.... la dura vida del viajero decidiendo que va a hacer en cada momento, je,je ...
Y he vuelto a reencontrarme en parte con "mi Brasil", ese Brasil donde no hay estres, de gentes sencillas y despreocupadas que disfrutan viendo pasar el tiempo (y no corriendo detrás de él), de gentes felices con las cosas básicas de la vida, ese Brasil de casas de colores, de paisajes y playas espectaculares.... ese Brasil donde los sentidos alcanzan su máxima expresión, donde la energía que vibra en el ambiente se puede sentir en la piel, donde la música acaricia tus oídos y el sol tu cuerpo... ese Brasil que te emociona, que te hace sentir viva es el que ocupa parte de mi corazón y en el que me he sumergido de nuevo durante el viaje....

Aprovechando que en Maringá también era festivo el 15, el jueves por la noche nos fuimos a Curitiba (que es la capital del estado de Paraná) y después de un viaje nocturno de 6 horas en un autobús "executivo" (ejecutivo) en el que parece que ponen polvos soporíferos en la ventilación, llegamos con frío y sueño a Curitiba. Aún no había amanecido, tomamos un café para calentar el cuerpo y fuimos a buscar la estación de tren porque queríamos hacer el trayecto hasta Paranaguá. Los autobuses los clasifican en "convencional", "executivo" (algo más confortable, con butacas amplias que se reclinan bastante), y "leito" -cama- (los mejores y más caros). El autobús es el medio de transporte más usado en el país, hay muchísimos, muy buenas combinaciones y los precios son asequibles.
Decidimos hacer el trayecto en tren esa mañana porque los billetes más baratos (28 reales) se acaban rápidamente y allí no era festivo. El tren se construyó en el 1880 y discurre por valles con vistas maravillosas, pasando por 14 túneles y 30 puentes. El trayecto completo hasta Paranaguá (puerto costero) dura 4 horas, pero sólo lo hacen los domingos, de todas formas el nuestro también fue de 4 horas. Si quereís más información: http://www.serraverdeexpress.com.br/index.php
Como una imagen vale más que 1000 palabras aquí teneís unas cuantas....












En Morretes, un pueblo pequeño y encantador comimos después de dar un paseo, el famoso "barreado", absolutamente recomendable y bueníiisiiimo (los que me conoceís sabeís que no disfruto nada comiendo,je,je... cada vez que lo probaba me gustaba más que la anterior, era una absoluta delícia!!!!!!). El restaurante (recomendado por la Lonely Planet) estaba al borde del río Nhundiaquara, donde se hace "boiacross" (se baja el río en un neumático enorme, nos hubiera gustado, pero no era cuestión de estar a remojo toda la mañana con el agua fría, aunque el tiempo fue muy bueno, solecito....). Me sentía como una reina saboreando el barreado, con esa vista sobre el río, música ambiental (que casi me da un "patatús" cuando sonó la canción "Eu gosto de você......"de Carlinhos Brown). El restaurante-hotel fué el primer edificio estilo colonial de Morretes.












Otro autobús y a Paranaguá, que es uno de los puertos principales de la zona sur de Brasil, una ciudad situada en un enorme estuario con casas coloniales con aspecto decadente.... una maravilla!!!. Buscamos el albergue juvenil, una vuelta para conocer la ciudad....genial!!!!!....





Al día siguiente decidimos ir a "Ilha do Mel" una isla situada en la desembocadura del estuario y declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Tengo una especial debilidad por las islas (con calor, claro!!!!) y ésta no me defraudó, para que os hagaís una idea tiene forma de ocho deformado, con dos partes unidas por un itsmo, la parte norte es una reserva y en el itsmo (dónde se unen las dos partes del ocho) y en el sur hay 2 o 3 pueblitos muy pequeños con pousadas y restaurantes. Por supuesto nada de coches, hay senderos que te llevan a las playas, al faro, a una cueva.....

Fuimos al faro, dimos una vuelta, y a comer un sabroso pescado, no daba tiempo para más porque volvíamos en la barca de las 4, pero es para quedarse unos días (sin ninguna duda). Ahí teneís las fotos para que veaís lo bonita que es.......

El viaje de vuelta fue impresionante, imaginaros..... una barca menos ruidosa discurriendo lentamente, la emisora local de FM tocando, el sol poniéndose en el horizonte con esos colores anaranjados sobre el agua, la isla alejándose, a ambos lados manglares y detrás de ellos montañas llenas de vegetación tropical.... y de repente aparecen unos delfines junto a la barca y nos acompañan buena parte del viaje....... ahhhh.... que gostoso!!!!! (como dicen aquí), uma maravilha........

Otro autobús y a Curitiba, a buscar el albergue juvenil (lo más barato aquí, 20 reales con desayuno incluído, y desayunos típicos brasileños bueníiisiiimos), una vuelta por ahí y al dia siguiente, domingo, hicimos un recorrido en un autobús turístico, el recorrido que veís en la fotografía,la verdad es que lo tienen muy bien montado, hay autobuses cada media hora y te puedes subir y bajar hasta 4 veces durante todo el recorrido y coger el siguiente bus, cuesta 15 reales). El autobús te muestra los sitios más importantes de la ciudad, el recorrido dura 2 horas sin bajarte del bus y son 40 km. Bajamos para ver el Jardín Botánico, el Museo de Oscar Nyemer, la torre panorámica y el casco antiguo, total, casi 6 horas viendo la ciudad, pero merece la pena dedicarle más tiempo.

La ciudad de Curitiba me encantó, con muchísmos parques (que en España serían bosques), con calidad de vida, muy bonita, con ambientazo en las terrazas, mucha gente tomando su cerveza (ahí me acordé mucho de Marian) y también de Mabel por la arquitectura de la ciudad. Chicas, otra ciudad más para visitar, vale la pena!!!! Subimos a un mirador (estilo el de Dublín pero sin cervecería) desde el que se veía la vista que teneís aquí........... y fuimos a un mercado (estilo el rastro de Madrid, aunque a mí me gustó mucho más el de Curitiba) y otra vez de nuevo al bus para regresar. Éste viaje fué más largo, de las 16,00 hasta las 23,30 que llegamos, pero muy agradable. Cuando anocheció (puntualmente a las 18,30 horas) la luna llena nos acompañó dibujando la silueta de las araucarias por el camino mientras me relajaba aún más escuchandoa a Rosa Passos (Maribel conoce esa sensación)...........